Pensando en la comunicación interna en las organizaciones, me propuse trabajar con metáforas, y ya que hoy es muy común comparar el mundo del trabajo con una selva, vamos a divertirnos un poco y a identificar algunos personajes en ella.
El León, aparentemente tranquilo y manso, se presenta humilde y colaborador, siempre y cuando todos hagan lo que el desea, si no se convierte en una verdadera fiera. Generalmente ocupa cargos de dirección importantes, aún gozando de baja credibilidad. Como no soporta que lo contradigan y le falta correspondencia entre lo que dice y lo que hace produce una gran confusión a su alrededor y una baja de motivación en su personal. Para mantener el poder hace realidad la frase: «divide y reinarás».
Decíamos, el león tiene serios problemas de comunicación, es arrogante, intolerante y feróz con quiénes no piensan como él. Se cree el centro del mundo y no admite competencia en el horizonte. Se centra más en la planificación que en el control, prioriza las técnicas de las relaciones humanas superficiales y banales, prioriza las disposiciones externas a los intereses de sus trabajadores y por supuesto son muchos los que reconocen su falta de integridad personal.
Con todo esto, no es difícil deducir que el León presenta un bajo nivel de liderazgo, produce una baja cohesión grupal, un bajo nivel de control y un exceso de gastos indirectos, además de serios problemas al largo plazo.
JAJAAJAAA… Pero por favor no te asustes. No todos los leones son iguales.
Verás, la sabia naturaleza nos ofrece una maravillosa variedad de felinos, y a nosotros, los seres humanos, si verdaderamente nos disponemos, la capacidad necesaria para identificarlos y DOMARLOS!.